Pastel crujiente de calabacín y lacón con queso crema
1 paquete de pasta filo
2 calabacines
1 cebolleta o puerro grande
200 gr de lacón o jamón york
1 tarrina de queso crema (tipo Philadelphia)
150 gr nata
Aceite de girasol
Nuez moscada
Pimienta blanca
1 cucharada de aceite de oliva
Sal
Elaboración:
Cortamos la cebolleta o puerro en juliana y el calabacín a rodajas finas (con una mandolina).
Mezclamos en un bol de cristal la nata y el queso crema y metemos a calentar en el microondas durante 1 minuto para que se mezcle bien. Agregamos la nuez moscada. Removemos.
En una sartén con aceite de oliva doramos la cebolleta, luego las rodajas de calabacín y salpimentamos.
Añadimos la crema del bol a la sartén y dejamos un poco a que espese. Hay que dejar una crema suave que no sea demasiado líquida.
Añadimos el lacón troceado y removemos.
En una bandeja de horno o de cristal resistente al horno pincelamos el fondo y los laterales con aceite de girasol.
Colocamos una lámina de pasta filo extendiéndola con cuidado por todo el fondo y las paredes. Pincelamos de nuevo con el aceite y ponemos otra lámina. Repetimos este paso unas 4 o 5 veces.
Volcamos la mezcla de nata, queso crema y verduras. Aplanamos toda la mezcla y extendemos otra lámina más. Pincelamos con el aceite y repetimos este paso.
El resto de láminas de pasta filo las vamos colocando por encima de forma desordenada e incluso podemos romperla e ir colocandola en picos para que nos quede una capa crujiente por encima.
Metemos al horno precalentado a 200 grados durante unos 15 minutos. Veremos que la parte superior enpieza a dorarse que será el momento de sacarlo del horno.
Comemos caliente o frío pues de las dos maneras está delicioso.